martes, 28 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 59)

“Sosténme, y seré salvo, y me regocijaré siempre en tus estatutos. Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos, porque su astucia es falsedad.” Salmos 119:117-118

La primer parte de este pasaje es tierno y bonito, pero la segunda parte es fuerte y debe hacernos pensar mucho. Por eso no me detendré mucho en la primera parte para poder analizar un poco la segunda.

Hay un nivel de confianza cuando comprendes que Dios es tu protector, a todo mundo tratas de convencer de que tienes a “Alguien” que te cuida, a todo mundo le andas diciendo que amas a tu Papá en los cielos. Te das cuenta de su protección y andas feliz. Cada vez que lees la Biblia te das cuenta de toda la protección que Dios te da y no puedes dejar de estar feliz. Eso es casi casi un patrón de conducta en todos aquellos que les ha “caído el veinte” de quién es Dios en sus vidas.

Pero la siguiente parte no es nada bonita. Es de aquellos pasajes dónde nos hace pensar cómo es Dios. En estos dos versículos vemos dos aspectos de Dios, como dice en el Nuevo Testamento “La bondad y la severidad” de Dios.

A veces nos confundimos y creemos que porque Dios es bueno, nunca nos va a pasar nada si lo desobedecemos o si nos olvidamos de Él. El problema es que queremos hacer nuestra egoista voluntad y después echarle la culpa a Él o tratar de descalificar sus cualidades.

Cuando nuestra voluntad por hacer lo que queremos nos gana, nos empezamos a separar de las bendiciones que vienen como consecuencia de ser obedientes a Su Palabra, y nos acercamos a todas aquellas cosas que son consecuencia de desobedecer su Palabra.

Hasta allí vamos bien, lo entendemos. Lo que debemos estudiar es la frase final “su astucia es falsedad”. Hay quienes se acercan a Dios y a Su Palabra creyendo que ellos son mas listos que Dios, que sólo van a tomar de la Biblia lo que les conviene, o lo que pueden controlar, o lo que no los comprometa. Cuando tu los oyes hablar parece que son muy listos, parecen brillantes con mentes lúcidas, pero en el corazón están haciendo las cosas a su manera. Que todo gire alrededor de ellos y de su egoísmo.

Pero la Biblia es muy clara, Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre sembrare eso cosechará. Es una ley bíblica inmutable. Esta ley no la puede cambiar el hombre, así está constituida toda la vida. Si lo entendiéramos a cabalidad empezaríamos a sembrar ahora mismo lo que queremos cosechar en el futuro. ¿Necesitas amor? Siembra amor. ¿Necesitas ayuda? Siembra ayuda ¿Necesitas apoyo? Siembra apoyo. ¿Necesitas obediencia? Siembra Obediencia. Y por otro lado piensa que todo lo que recibes es lo que has sembrado. Se honesto. Ahora tienes la oportunidad de cambiar tu vida. Cómo quieres tu futuro. Siembra eso ahora. Y deja de sembrar todo aquello que te va a dañar.

Armando Carrasco Z.

lunes, 20 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 58)

“Apartaos de mí malignos, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios. Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza.” Salmos 119:115-116

Hay un viejo dicho en México que dice: “el que con sabios se junta sabio será” y es muy cierto y también lo es a la inversa. La influencia de los amigos y de las personas con las que nos rodeamos afecta directamente en nuestra forma de vida. De hecho muchas personas han perdido el rumbo de su vida por la mala influencia de sus amigos.

Por eso aquí el autor les dice terminantemente “apártense de mí malhechores”. Porque él sabía que debía cortar con todo aquello que lo puede alejar de Dios. Y no duda en explicar porqué y afirma que él se dedicará a obedecer Su Palabra.

Cuando damos pasos tan importantes como éste de dejar las relaciones que dañan nuestra vida, entramos en un conflicto. Donde pensamos que tal vez quedemos avergonzados por promover lo que creemos. Cuando le decimos a la gente que nosotros creemos en Dios y en Su Palabra, muchas veces nuestra reputación queda en juego. La gente es cruel y frecuentemente nos lanza ofensas directas contra nuestra personas y contra nuestras creencias.

Por eso David aquí dice que Dios lo sustente de acuerdo a Su Palabra y que no quede avergonzado. Que su esperanza de ver buenos resultados por sus creencias se realice. Cuando empezamos a poner en práctica lo que aprendemos de la Biblia, surge en nosotros una gran esperanza de cambio en nuestras vidas. Y esa esperanza crece día a día pero muchas veces no viene el cambio o la bendición de manera inmediata y llegamos a pensar que podemos quedar avergonzados. Pero no es así. Dios no es mentiroso. Y Dios nos sustenta conforme a Su Palabra.

Ahora bien, la contraparte de alejarse de los malhechores es acercarse a todos aquellos que piensan y creen igual o similar a nosotros, que creen en la Biblia, que confían en Dios, etc. para poder fortalecer en nosotros la esperanza. Compartir con otros nuestras dudas y luchas y saber cómo otras personas han pasado por lo mismo, fortalece el alma.

Por eso te invito a que evites las relaciones que te alejan de tu Papá, que te alejes de todas aquellas “amistades” que dañan tu vida y hasta tu reputación y que busques fortalecer tus relaciones con aquellos que te impulsan a guardar la Biblia.

Pero sobre todo te invito a que busques fortalecer tu relación con Dios. Que busques ese alimento que sustenta el alma y que solo puede venir de Él. No es en vano que Jesús haya dicho que no solo de pan comeré el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Armando Carrasco Z.

lunes, 13 de abril de 2009

Salmos 119 Sámec (Parte 57)

“Aborrezco a los hombres hipócritas; mas amo tu ley. Mi escondedero y mi escudo eres tú; en tu palabra he esperado.” Salmos 119:113—114

La palabra hipocresía se refiere a alguien que oculta o disimula sus sentimientos. Alguien que de alguna manera presenta una forma de ser o de sentir pero que verdaderamente siente otra cosa muy distinta. Y curiosamente esta palabra está muy ligada a todos aquellos que leen la Biblia.

Hay mucha gente, mucha de mucha que se dice lector asiduo de la Biblia. Y por esa razón la gente que lo sabe espera un determinado comportamiento de estas personas. Pero hay un pequeño detalle.

El detalle que hemos estudiado a través de todo este estudio exhaustivo del salmo 119 y de este blog. La Biblia no es suficiente con leerla. La Biblia hay que ponerla en práctica. El verdadero poder de la Biblia se encuentra en poner en práctica sus enseñanzas. Sólo así tiene la capacidad de altera y mejor nuestro carácter.

Leer la Biblia no es suficiente, es un buen inicio, pero no es suficiente. El motor que mueve toda la dinámica de cambio es el poner en práctica sus mensajes.

Por eso es que hay mucha gente que dice leer la Biblia pero actúa de una manera contraria a lo que ella dice, y por eso se ganan el mote de hipócritas. La gente espera muy poco de la gente normal, pero espera mucho de aquellos que dicen leer y estudiar la Biblia.

El primer paso para poner en práctica lo que leemos en la Biblia, es como dice este pasaje amar la Biblia. Si no amas verdaderamente Su Palabra difícilmente podrás ponerla en práctica, por eso el rey David, autor de este salmo dice “…mas yo amo tu ley…” El mismo se daba cuenta de las personas que son hipócritas y dice que los aborrece, porque sabe que no aman profundamente la Biblia.

Pasando a la siguiente parte del pasaje dice que Dios es su escondedero y su escudo. Esto es increíblemente maravilloso, encontrar un lugar donde podamos escondernos de nuestros enemigos y un lugar donde tengamos un escudo. Para los que hemos pasado situaciones críticas en nuestra vida esto es oro molido. Dios es tu escudo y tu escondite.

Pero después dice “…en tu palabra he esperado…” cuando lees la Biblia muchas veces Dios te da una promesa, cuando la lees sabes de que sabes que esa palabra es para ti. Y solo resta esperar a que se cumpla. Y cuando estás en una situación de crisis esa palabra se convierte en todo lo que puedes esperar. Por eso es tan importante leer y poner en práctica Su Palabra. Y cuando te de una promesa atesórala, escríbela, guárdala que algún día la vas a necesitar y lo único que vas a tener es esa Palabra.

Armando Carrasco Z

jueves, 9 de abril de 2009

Salmos 119 Nun (Parte 56)

“Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón. Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de continuo, hasta el fin.” Salmos 119: 111-112

¿Cómo puede una persona hablar así? ¿Cómo es posible que alguien pueda hablar de esta manera de la Biblia? Estas declaraciones van más allá de lo poético. Son declaraciones que afectan la percepción que tenemos de La Palabra. Vivimos en un mundo tan lleno de actividad, puestos los ojos en lo dinámico de la vida y del esplendor de la obra humana que en la actualidad muy pocos pueden decir lo que dijo David de la Palabra.

Qué tenemos que hacer para poder decir como David que La Palabra es su herencia y además que es la felicidad suprema de su vida? ¿Dónde perdimos el camino? ¿Porqué nos cuesta tanto trabajo siquiera leer la Biblia de manera consistente? Si no podemos leerla así ¿Cómo es que pudiéramos decir “¡La Biblia es el gozo más grande de mi vida y es mi mejor herencia!”?

Yo creo, muy particularmente, que la vanidad y jactancia de la obra humana han desviado nuestra atención de lo que verdaderamente es importante. Actualmente la escala de valores está dictada por una falsa concepción de lo que es importante. La T.V. pretende enseñarnos que la fama, la belleza, la destreza atlética y el éxito económico son los valores a perseguir. Ahora todo mundo quiere que sus hijos logren cualquiera de estas metas.

Pero también podemos darnos cuenta que estos nuevos valores no solución un problema muy antiguo que reside en el corazón del hombre: el vacío existencial. Es un estado que acaba hasta con el más fuerte. Ese vacío que el hombre intenta llenar con actividad, fama, adicciones, etc. y ese vacío solo puede ser llenado con Dios. Cuando el hombre encuentra la solución a ese vacío empieza el camino para apreciar el valor de La Palabra, que nos conecta con nuestro Padre. Que nos muestra el camino para llenar ese vacío, que nos suple realmente esa necesidad tan básica del hombre.

Cuando por fin encontramos solución a ese vacío, entonces aprendemos de lo importante que es obedecer todo lo que en la Biblia dice. Es cuando nos damos cuenta que obedecerla es vital. Y es entonces cuando podemos, como dice este pasaje, inclinar nuestro corazón a cumplir Su Palabra.

La vida es un camino, es sólo un peregrinaje que tiene un fin. Todo hombre llega a la hora de entregar su vida. Y el mapa para ese peregrinaje es la Biblia. La brújula para ese caminar es la Biblia. Andar en esta vida sin rumbo es un vacío y una incertidumbre indescriptible. Qué mejor que ahora mismo vayas por tu Biblia y empieces a encontrar los tesoros que en ella hay, pero sobre todo encontrar a Aquel que te creó que te ama y que ha hecho todo por recuperarte, que ha hecho todo por llevarte de nuevo a casa. El tesoro mas grande escondido en la Biblia es Dios mismo.

Armando Carrasco Z